miércoles, 22 de febrero de 2012

Space Bound.

Tumblr_lztgb639qh1rq104ho1_500_largeUna vez dedicí hacerme de hielo y enfriar mi corazón, pues entendía que encerrar mis sentimientos esta vez sería lo mejor. Ya muchas personas habían dejado huellas, rastros y hasta cicatrices. Cada una de las marcas se mostraban unas un poco más pronunciadas que otras pero hubo alguien que logró hacer una cicatriz más difícil de sanar. No importó tanto el dolor, pues el mismo también fue cubierto con mucho amor pero entre tantos sucesos nunca fueron suficientes para lograr hacer sanar del todo esa pequeña herida que apesar de ser pequeña era una de las más significativas. Todavía lucho con los esporádicos ardores en el pecho que aparecen cada vez que recuerdo a esa persona que una vez fue un todo entre mi nada y que aunque no quiera, seguirá siendo el siempre de mi nunca.

Tomé la decisión de disponerme a rechazar todo sentimiento amoroso que alguien pudiese entregarme, además de obligarme a permanecer fría ante cualquier demostración de interés, ya que muy bien sabía que detrás de esas fuertes barreras que creé frente a la sociedad, escondía años de lágrimas y de debilidad que de alguna u otra manera debía encerrar, tomando en cuenta que hasta el día de hoy sigo sin poder dejarlos atrás.

Esto se trata de mucho más que sólo amor, relaciones y afecto. Se trata de cómo mi tolerancia ha sido aplastada y el rencor se ha apoderado de mi corazón, dejando de lado muchos de los sentimientos que entregué y que nunca nadie supo valorar.
No se trata de un bloqueo o de una muestra de rendimiento, se trata de querer crecer y por fin entender que no necesito a alguien a mi lado.
Ahora es cuando entra en la historia esa persona que enamorándome fue dejando una colección de recuerdos que aún estando en una balanza, jamás lograría saber si llamarlos buenos o malos, pero permanentes y que estoy segura que por más que lo intente, jamás podré olvidar.

Él es uno de esos recuerdos que por muchos malos momentos que hayan pasado, siempre querrás recordar y aunque el futuro te muestre mejores, para ti no hay otra historia que sea tan buena o mejor que esa.
Él es mi historia favorita, la mejor de todas, la que encaja perfecto conmigo y la que podría leer todas las noches antes de dormir. Él siempre será el mejor y único primer amor.
Después de todo es una historia y apesar de que la leas infinitas veces, siempre tendrá un final el cual, lamentablemente no podrás cambiar.

Enfrentándome ante la negación de querer dejar de leer la misma historia, decidí cerrar el libro y no volver a leer. Si no era esa historia, no entendía por qué debía leer otra más. Entonces fue cuando cree la barrera emocional que me evitaba a toda costa dejar salir algún sentimiento que me perjudicara más de lo que ya estaba, pues si aún no cicatrizaba la herida, sería demasiado masoquismo salir sin escudo ante una guerra.
Muchas veces intenté luchar desprotegida pero sabía que saldría herida, así que volvía a esconderme tras mis frías paredes de hielo.

Cuando te encierras en tus pensamientos, te haces cada vez más exigente y mucho más perfeccionista, lo cual sólo refuerza esos enormes muros que cada vez te bloquean más. Sientes que no existe nadie que logre destruir esa barrera y que no hay cariño suficientemente cálido como para descongelar mis sentimientos.

Cuando creí que el tiempo ya estaba a mi favor y que por fin tenía la fuerza para mostrarme frágil ante el mundo, me di cuenta de que sigo teniendo miedo y que por más que finja estar bien, las sonrisas no son suficientes para tapar lo que siento. No puedo fingir ser algo que no soy, no puedo fingir tener algo que no poseo. No tengo valor y sigo estancada en mi pasado.
Comienzo a entender que no se trata del futuro, sino de dejar ir el pasado, el cual mantiene sus ganas de quedarse a mi lado.


"La culpa no es de nadie sino mía, es el camino que he elegido seguir." 
-Marshall Bruce Mathers.

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