Nuestra historia tiene un punto, el cual llevo un año negando nombrarlo como el final.
Sí, un año, porque sigo contando cada día que pasa, cada 25, cada estrella que brilla en el cielo recordándome los momentos junto a ti. Nunca existirá alguien como tú, nunca amaré otra vez como te amé y como te sigo amando.
Tengo miedo de alejarme más. Aún me reconforto con tus abrazos y suspiro, mientras que algún recuerdo choca con mi mente y me devuelve a ti, a aquellos momentos a tu lado, cuando te tenía a mi lado y era feliz.
Me quedó de ti un montón de rosas que aún conservo y que día tras día mueren y se marchitan. Me quedaron tus recuerdos, tus detalles, una carta y una cantidad imparable de lágrimas que nublan mi mirada cada vez que pienso en ti. Me quedé con las ganas de ser alguien, de ser tuya, de ser en quién pensabas, de estar junto a ti.
Me quedé... y lo que me duele es que te fuiste y yo aún estoy aquí, por ti.
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