Enamorarme del dolor.

Abre mi herida y causa dolor. Hazme llorar, porque lo necesito. No seques mis lágrimas. Ignora la forma en la que mis ojos se nublan y no prestes atención a mis gritos, sólo no dejes de herirme. Pronto me enamoraré de ti. Golpéame con palabras vacías, miénteme sin temor. Muestra tu indiferencia y hazte frío ante mi sufrimiento.
Ya te estoy amando; porque me encanta la manera en la que me hieres. No temas, yo no sé guardar rencor. Todo el dolor se convertirá en amor que no podré borrar. Hazme olvidar mi mundo y conviértete en la única razón por la que vivo y muero. Hazme sentir pequeña e insignificante a tu lado. Hazme amarte aún cuando tú no me amas. Hazme tuya y llévate todo lo que queda de mí, pues sólo encontraré creer que no existe un mundo sin ti.
Sin valor y sin fuerza, con el alma afligida y las lágrimas cansadas de mojar mis mejillas, te seguiré amando.

Caminemos.

Toma mi mano y ven conmigo, caminemos en busca de un destino. Subamos algunas montañas, respiremos el aire que sopla en dirección opuesta, rodemos cuesta abajo en las colinas y tropecemos con las piedras sin darle importancia a los raspones; yo estaré allí para cuidarte. No sueltes mi mano, a veces siento miedo de tropezar pero sé que estaré bien si al caer tú me ayudas a levantarme o sencillamente te acuestas a mi lado hasta que pueda levantarme por mí misma. Corramos como niños entre los árboles, riamos hasta que sintamos costillas en el estómago que nos avisen que estamos vivos y que estamos aquí para sentir. Parémonos frente al sol y cerremos los ojos. ¿Sientes como el calor, tan cálido y sutil pareciera abrazarte en silencio? Las esporas en el aire nos rodean y acarician suavemente nuestra piel. Sensaciones tan delicadas que pueden agitar las emociones. Tan parecido a un beso. Tan parecido a ti. Al llegar a la cima de la montaña, detengámonos a ver el atardecer, recostemos nuestros agotados cuerpos sobre el suelo. Apoyaré mi cabeza sobre tu pecho y sentiré tu respiración, agitada y  convulsa. Disfrutemos de la vista porque desde arriba el panorama siempre es más placentero, ¿y qué mejor forma de disfrutarlo que contigo? ¿qué mejor forma de ver los logros que al lado de la persona que te ayudó a luchar?

Entonces, ¿caminas conmigo?  

Nostalgia

La siento cuando te digo adiós y miro hacia atrás, observando cómo desapareces lentamente en la distancia. Aparece cuando después de un tiempo te vuelvo a ver y recuerdo que ya nada es como ayer.
Está en cada canción que me dedicaste y en las que describieron letra por letra lo que sentí mientras estuve junto a ti.
La nostalgia es un recuerdo que no está pero que nunca se ha ido, que tiene ganas de quedarse y le duele marcharse. La nostalgia es la agonía lenta de los sentimientos. Es un encuentro forzoso con el pasado que se niega a dejar de ser presente y lucha por seguir siendo futuro. Es un suspiro que se desvanece en el silencio y una lágrima que cae sin ser vista. Es un beso huérfano y una caricia sin destino. Es aquello que solemos llamar "nada" cuando alguien nos pregunta qué nos pasa, ocultando hábilmente que la nostalgia es todo lo que nos ocurre.
La nostalgia es dormir pensando en ti y despertar con un lado vacío de la cama. Es no encontrar calor en mi café, ni entre las sábanas destendidas. Es mirar el cielo y recordarte, es ver las estrellas y desearte. Es entender que no te tengo y con el paso de los días más te pierdo.