jueves, 19 de julio de 2012

Encontrar tus besos en otros labios

Me encontraba allí, a mitad de un beso; tus besos... o eso era lo que sentía.

Confusión, nostalgia, tristeza, felicidad. No sabía qué era lo que en ese momento estaba gritando mi alma, pero me sentí viva y creo que eso fue lo que más me estremeció.
¿Cómo era que podía sentirte tan real, tan cerca, tan tú?
¡No eras tú! Ese es el problema...
No quería abrir los ojos, ¡no podía! No sé si por miedo o por no querer darle fin a esto que sentía.
Como si fuera una película, todos los recuerdos que tenía a tu lado aparecieron en mi mente. Los sentimientos, las sensaciones, ¡todo cobró vida!
Te encontré entre cada suspiro, entre cada respiración, entre cada pausa.
¿Qué se suponía que debía hacer ahora? Te estaba besando desde lo más profundo de mi ser, en otros labios. Me repetía una y otra vez que no eras tú, pero no quería dejar de hacerlo. Te estaba amando infinitamente.
Una vez más me sentía inhibida por tu esencia.
Empezaba a sentirme terrible por esta sensación. No podía estar besándote, simplemente porque no eras tú quien estaba allí entregándome sus minutos.
Aún con los ojos cerrados dejé caer una lágrima. Caminó por mi mejilla y fragilmente rozó mi boca. Fue entonces cuando abrí los ojos e inmediatamente vi la mirada de aquel que se encontraba besándome; amándome a mí, mientras yo te amaba a ti equivocadamente.
Me destrocé. No te tenía y me encontraba llorando sin razón frente a la persona que había abierto su corazón para mí.
En el instante en el que me detuve y separé mis labios de los suyos fue un golpe seco que me trajo devuelta a la realidad, dejándome con la sensación de tus besos en mi boca y con el alma estremecida por las ganas de volverte a amar.

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